Fuerza Gus

jueves, 9 de octubre de 2008

Luego del regreso de Soda Stereo, el baterista se concentra en proyectos propios.


Charly Alberti vuelve al ruedo.

Charly vive. A las seis de la mañana, se calza el jogging y sale a correr por las calles de Buenos Aires por 35 minutos. Y si hace frío, cree él, mejor. De regreso, aún le quedan varias horas para ensayar con Mole, su nueva banda de rock. Pero antes de que el ex Soda Stereo vuelva a sentarse a la batería, dedica tiempo al resto de sus pasiones.


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    Por caso, revisar temas de Cybrel Digital Entertainment, la empresa que montó en 1996, y que se dedica a generar contenidos y aplicaciones basados en tecnologías de avanzada. Charly proyecta. Mole aún no cumplió un año y ya tiene un disco editado, un premio Gardel al Mejor Álbum Nuevo Artista de Rock, recorre el país y se prepara para girar por América Latina. Todo junto y ya. Alberti dice que los tiempos cambiaron: el mundo en la era digital no es el mismo. A un año del regreso de Soda Stereo, Charly vuelve.

    - ¿Por qué decidiste volver a la música?

    - Quiero volver a tocar en vivo. De hecho, no quería grabar ningún disco. Lo hice porque si no la gente no conoce tu música. De todos modos, el álbum está grabado en la sala de ensayo como si estuviéramos tocando. Yo sufrí mucho las giras de Soda porque eran larguísimas y lo único que justificaba eso era subir al escenario y tocar.

    - ¿Componés en Mole?

    - Decidimos no decir quién compone. Me di cuenta de que las bandas más exitosas, grupalmente, son las que supieron dejar de lado los egos. El que piensa que Bono es el dueño de U2 es un infeliz.

    - Se te nota tranquilo.


    - ¡Son los años! Y la experiencia con Soda. Sin ella, sería mucho más difícil. Además, la realidad es que muchas bandas ya no salen. Porque la gente es tonta: piratea música y le roba a los artistas que le gustan. Por ende, prepárense para que desaparezcan. También creo que las compañías discográficas hacen un trabajo deplorable. Se subieron a un caballo de “somos los dioses de la industria” y se olvidaron de hacer su trabajo real, que es defender los derechos de sus socios, los artistas. Las discográficas arruinaron el negocio.


    Un ejercicio de psicoanálisis rápido diría que Charly Alberti no puede elegir una sola cosa. Algo que lo conduzca en una única línea. Él lo sabe y no le importa. Es capaz de llenar seis River, pensar en un museo de arte digital, empezar de cero con una banda de rock o trabajar codo a codo con un guardaparques.

    - ¿En qué quedó el proyecto del Museo de Arte Digital de Buenos Aires?


    - En la nada porque le tengo que dedicar mucho tiempo y estoy con otras cosas. Creo que el arte tiene que ser interactuado. Basta de no poder tocar una obra. Me aburre el circo alrededor de las exposiciones y el “no me toques”.

    - ¿Estás trabajando con Parques Nacionales?


    - Les doné mi imagen y mi tiempo. De acá a fin de año va a haber una campaña y estoy con ellos en todo lo que puedo. Siempre estuve vinculado al medio ambiente. Yo decido apoyar a Parques Nacionales porque, en la medida en que tengan buena gestión y recursos, van a poder cambiar el destino de este país. Quiero ayudar a esta gente a proteger lo que, en definitiva, es de todos los argentinos. Estoy harto de que la gente vaya a ver un lago que obviamente les parece fabuloso, y deje todo sucio.

    - ¿Qué extrañás del éxito de Soda?


    - Todo tiene sus partes buena y mala. Te convertís en el blanco de un montón de pelotudos mala onda. El argentino te ve con algo que te ganaste rompiéndote el lomo y te dice “a alguien habrás cagado, vos sí que la tenés fácil”. En otras partes del mundo, una persona que hace las cosas bien y se entiende que no es corrupta, es respetada. Acá es raro, te cuestionan…

    - ¿Qué te preocupa hoy?


    - Lo de siempre, sino sería un imbécil. Lo importante es poder permitirse los posibles errores y punto. Es parte de la vida y es tan relevante como ponerte serio. Yo lo veo en algunos amigos que están metidos en empresas y son tipazos. Pienso: “Relajate un poco”.

    - ¿La vida es más?


    - La vida es todo. Yo soy complejo en mi forma de pensar, en mi exigencia, pero trato de ser sencillo en todo el resto. Si no me conocés, posiblemente te parezca un ogro.

    - Te hicieron fama…


    - Está perfecto. No me molesta tenerla. Me aleja de un montón de gente que ni siquiera me interesa conocer.



    Fuente: Lucila Rolón para Elargentino

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