Fuerza Gus

sábado, 2 de enero de 2010

El rock del corte y confección

Gustavo Cerati , Los Fabulosos Cadillacs, Liam Gallagher y Avril Lavigne son algunos de los artistas y bandas que incursionaron en el mundo de la moda. ¿Cuál es el negocio?

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    "No se puede separar la moda del rock, se miran continuamente”. Gustavo Cerati , el ex líder de Soda Stereo, resumió de este modo su llamativa incursión en el mundo de la moda. Tentado por la chilena Falabella, el conocido cantante dejó de lado por un momento la guitarra para entreverarse –tijeras y agujas de coser en mano– en el diseño de una colección de ropa masculina, que lleva su nombre detrás de Basement, una de las marcas de la tienda.

    Lo de Cerati es uno de los casos más resonantes de una tendencia que despunta y crece: cada vez son más los artistas y las bandas de rock locales e internacionales (Los Fabulosos Cadillacs, Iron Maiden, Motorhead, Avril Lavigne y Liam Ghallager, el ex de Oasis, entre muchos otros) que firman contratos con empresas de indumentaria con los que intentan sacar alguna tajada del negocio. Por lo general, el trato los vincula de manera directa en la elaboración de la colección y con la promoción de la marca.
    Las cifras del acuerdo entre Cerati y Falabella no trascendieron, pero se especula con que fue bastante abultada ya que el ex Soda Stereo se involucró de lleno con el negocio, ya que hizo coincidir el lanzamiento de su línea de indumentaria con el de su último disco, “Fuerza Natural”. Uno de los temas de ese disco, precisamente, constituyó uno de los ejes de la campaña de promoción.

    El antecedente previo es el de Los Fabulosos Cadillacs, que el año pasado trabaron una alianza con Trend Mill para sacar al mercado una edición limitada de zapatillas para la marca Blackfin, con el estilo y nombre de la banda. Federico Serroni, el gerente de marketing de la empresa, tampoco quiere dar números, pero asegura que el negocio “fue excelente y todos los músicos se comprometieron con el diseño y el concepto del producto”.

    Las zapatillas calzan perfectas con el rock. Más que una metáfora, esto tiene que ver con que Trend Mill cuenta con la representación para la Argentina de Vans, una marca americana de indumentaria y zapatillas, cuyo estilo se asocia a tanto a los deportes extremos como a la música. De larga trayectoria en el mercado americano, Vans fue una de las empresas pioneras en conseguir los sello de bandas y artistas de diversos estilos para sus productos, entre ellos Los Ramones, Iron Maiden, Kiss, Ozzy Osbourne y Bad Religion.

    “El proceso es simple: la banda viene y participa en los diseños según su estilo: proponen un concepto para la colección, intercambian ideas con los profesionales de la empresa, deciden y dan soporte”, explica Serroni. El objetivo de la empresa, tal como lo hace Vans en los EE.UU., es lanzar una colección identificada con un artista diferente cada año. Charlie 3 y Carajo son dos de las bandas que se sumaron a la movida local. ¿En qué consiste el contrato? “Al artista se le paga un royalty según la cantidad de prendas que se producen”, desliza Serroni.


    Más allá del estilo

    A nivel internacional se ven propuestas más atrevidas y audaces. Embarcada en un estilo inclasificable, mezcla de pop y punk para adolescentes, la cantante Avril Lavigne fundó Abbey Dawn, su propia línea de ropa. Al dejar Oasis en agosto de este año, al cantante Liam Gallagher le picó el mismo bichito y creó la marca Pretty Green. Y Kim Gordon, bajista de Sonic Youth, se sumó con Mirror Dash. El estilo musical coincide con los diseños: el rosa predomina en las prendas de Abbey Dawn; en Mirror Dash, el look militar.

    Es el mismo juego de Cristóbal Colón, un grupo comercial de tiendas multimarca argentino, que firmó contrato con Alika, una prometedora cantante de reggae, para proyectar una marca propia para el publico femenino, Tresdé Mujer. Luciana Amícola, a cargo del área de marketing de una empresa que tiene 16 locales en todo el país, aclara que la participación de Alika en el diseño no influye tanto en la facturación. “Es una cuestión de imagen que le suma al resto del negocio”, dijo.



    Fuente:Damián Kantor para Suplemento I-Eco, diario Clarín

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